viernes, 23 de septiembre de 2016

El Aburrimiento Profundo



La positividad es un estado de la mente que le permite observar todos los acontecimientos de manera agradable, viendo siempre el lado bueno de las cosas.

El exceso de positividad se encuentra en la abundancia de información y de estímulos, perdiéndose la forma contemplativa de la atención que por fuerza se dispersa, gradualmente se exige una hiperatención: aquél aburrimiento profundo que sería fuente de la creación y del pensamiento al que aludía Walter Benjamin.

Walter Benjamin decía que el aburrimiento profundo es «el pájaro de sueño que incuba el huevo de la experiencia», y que también el cansancio es preciso para crear algo nuevo, porque por sus alrededores ronda el mundo espiritual, mientras que «la pura agitación no genera nada nuevo», es decir, al estar cambiando de un aburrimiento a otro, no nos damos la oportunidad de sumergirnos en el aburrimiento para lograr crear algo nuevo y aleja al hombre de la vivencia profunda. El ser humano no puede ser él mismo si no se toma su tiempo para encontrarse con su propio ser, sin su ser interior no existe la persona. Necesitamos acudir a la atención profunda y contemplativa, a la escucha atenta, aunque resulte del hastío, o de la melancolía. Es preferible el aburrimiento al «sinvivir» de la agitación, que el movimiento permanente de lo que ya se puede realizer sin objeto, sin consciencia ni frutos. Pues sin detenimiento y sin silencio no hay vida interior, y el hombre que no se para a mirar y no se adentra en sí mismo y en el cuidado de las cosas, pierde la esencia de la vida personal.

“Quien se aburra al caminar y no tolere el hastío, deambulará inquieto y agitado, o andará detrás de una u otra actividad.” (Byung-Chul Han).


Referencia: La sociedad del cansacio de Byung-Chul Han

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